BRUCE SPRINGSTEEN & THE E STREET BAND, Wrigley Field, Chicago, Viernesado 8 de Septiembre


En Chicago siempre hay el viento suficiente para levantar una bandera, incluso en los días de más calma… Es importante acordarse de este hecho más adelante en nuestra historia. Bueno, el viernes 7 de septiembre ya empezaba con un cielo gris y con pocas promesas de que no nos íbamos a mojar esa noche en Wrigley Field, el mítico estadio de baseball que se convertiría en campamento base durante el fin de semana. Por fin había llegado el momento de ver a Bruce Springsteen en su patria, en la tierra prometida que ahora también me toca llamar mía. Había pasado mi adolescencia en España, tierra en la que me enamoré de las canciones de Bruce por primera vez, y por lo tanto tierra siempre asociada con todas las historias que cuenta su lírica. Mi primer concierto de The Boss fue en 2008 en el Estadio Bernabeu de Madrid, y el segundo en el Monte del Gozo de Santiago de Compostela, pero por fin iba a escuchar la voz del león en su cueva, en la nación que lo amargó a la vez que lo inspiró para crear una discográfica que es más que música: es un testamento histórico.

Como decía, el día había empezado con lluvia y con amenazas de no parar. Pero sobre las 7 de la tarde, cuando entramos y nos sentamos en espera, un cielo de crepúsculo cristalino se abrió. Nunca me olvidaré de la vista de aquel momento. Estaba dentro del corazón de la ciudad y el estadio estaba iluminado como si estuviésemos en una película de baseball. Hacia la izquierda, entre los edificios que se asomaban por encima del estadio, se veía el lago Michigan; hacia la derecha, se veía el skyline de la ciudad; y justo por delante, se elevaba el escenario gigante donde en pocos instantes saldría el hombre más esperado de mi verano.

¿Cómo describir lo que estaba a punto de ocurrir en las siguientes tres horas y media? La verdad es que no lo sé, porque cada concierto de Bruce es más que una experiencia temporal, es más que una experiencia musical o espiritual o poética… Es como una novela que no deja de sorprender, pero que tiene personajes que conoces y que te conocen, una novela que parece no tener fin pero tampoco quieres que lo tenga… Y lo mejor de la novela del 7 de septiembre es que prometía traer su secuela al día siguiente. Por lo tanto, creo que es justo hablar de un concierto de más de siete horas, y por qué no, de un concierto interminable que, de hecho, creo que sigo oyendo en este mismo momento.

Lo he dicho en otras crónicas de conciertos de un mismo artista que he visto en geografías dispersas y en diferentes momentos de mi vida: la música trasciende el espacio y el tiempo, lo comprime, lo borra. En un concierto majestuoso, como cada un de The Boss, tienes la libertad de no sólo participar en sus historias, sino de viajar por tu propio recuerdo a los momentos de tu vida en los que asimilaste esas historias como tuyas. Sin embargo, noté una diferencia en la experiencia de estas dos noches con Bruce, una diferencia que fue resultado de una elección propia e inconsciente. En las dos ocasiones que estaba entre su publico en España, me encontraba a metros del escenario, saltando entre la gente, sintiéndome como personaje en uno de sus cuentos

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. Para el fin de semana en Wrigley, había elegido estar en gradas, y no me di cuenta, hasta que no salió el jefe al escenario, de que había sido porque quería, con la distancia, apreciar su narración aún mas. En la euforia de la juventud uno vive; en la madurez que viene con el tiempo, uno sigue viviendo, pero aprende a escuchar cada vez mejor…

La primera noche de música, por lo general, llevaba un tinte ligeramente más sombrío de lo que me esperaba. No es que no fuera un concierto alegre e increíble, pero en lugar de inspirar el baile, inspiraba justo lo que decía anteriormente, darse cuenta de la tranquilidad de la noche y prestar la máxima y más profunda atención a nuestro narrador. Ese tono se debía en parte a los temas de Wrecking Ball que tocó. Personalmente, me parece un gran álbum -especialmente si has sentido su fuerza en directo- y sensible, como no podría ser de otra manera, al sufrimiento del hombre común. Por otra parte, hubo momentos a lo largo de la noche que simplemente perforaban, llenaban de nostalgia y de reflexión.

“And now, to introduce the heart-stopping, pants-dropping, house-rocking, earth-quaking, booty-shaking, love- making, legendary E Street Band” que nos acompañaba en las dos veladas: Stevie Van Zandt (guitarra, mandolina), Max Weinberg (batería), Garry Tallent (bajo), Roy Bittan (piano, teclados, acordeón), Nils Lofgren (guitarra, acordeón, mandolín), Soozie Tyrell (violin, guitarra acústica), Charles Giordano (órgano, teclados, acordeón), Everett Bradley (coros, percusión), Jake Clemons (saxo), Barry Danielian (trompeta), Clark Gayton (trombón), Curtis King (coros), Eddie Manion (saxo), Cindy Mizelle (coros), Michelle Moore (coros), y Curt Ramm (trompeta).

Son realmente una mezcla explosiva de músicos veteranos y jóvenes, unas máquinas y unas almas increíbles. Por último falta Patti, porque tiene que estar con la hija, pero por lo menos nunca me dejará el recuerdo que tengo desde hace cuatro años, de la pareja junto al micro en “Brilliant Disguise” bajo la luna llena de Madrid. Por desgracia, nunca pude conocer el sonido de Danny Federici en directo, ya que su muerte vino meses antes de mi primer concierto de The Boss, pero sí podré llevar el recuerdo del saxo de Clarence Clemons siempre conmigo. Aún oigo los ecos de su solos en el “Bobby Jean” del concierto de Madrid y en el “Jungleland” de Santiago. El tributo que se le rinde en esta gira es tremendo, luego os hablaré de ello.

Me he sentido inspirada a contaros todo esto sin ni siquiera llegar primero al momento en que salió Bruce al escenario. Pues por fin, salió, ante un aplauso ensordecedor, y abrió la velada con el famso “Intro del 78” de “Prove it All Night.” Lo mejor de sus conciertos es que siempre te puedes esperar cualquier sorpresa y cualquier delicia, y el fin de semana no iba a decepcionar. Abajo os dejo los setlists completos, mientras sigo redactando mis momentos favoritos.

Hasta “My City of Ruins” se vivió una larga introducción, con tres temas de Wrecking Ball y el primer surprise guest de la noche – Tom Morello (de RAGE AGAINST THE MACHINE y AUDIOSLAVE). Después de presentar a su banda y antes de empezar “My City of Ruins,” Bruce embarcó en su propio viaje por el pasado. “Al hacerte mas viejo, hay cada vez más fantasmas que te rodean, que caminan junto a ti…” “Ghosts, ghosts, ghosts… This song is about ghosts…”. Y nos preguntó, entre su gospel, “Are you missing anybody?… Are you missing anybody tonight?”. Luego dijo, “I can hear him in your voice…”. Se sentía su dolor por Clarence, por Danny, y creo que no había alma en el estadio que no se acordara de aquellos que echaban de menos en ese momento. El siguiente tema no podría ser otro, ya que “Spirit in the Night” es una celebración de aquellos fantasmas, de la nostalgia, de la juventud que siempre vive a través de recuerdo.

Llegado el moment de “Jack of All Trades” ya se me saltaban las lágrimas, y con lo que seguía – “Well they blew up the chicken man in Philly last night, now they blew up his house too” – vino el remate. “Everything dies baby that`s a fact, but maybe everything that dies someday comes back…”. Creo que el equilibrio entre crueldad y belleza que existe en las ilustraciones de Bruce es lo que me pierde, y me pierde tanto que costó darme cuenta de que Eddie Vedder de PEARL JAM había aparecido junto a él en el escenario a cantar “Atlantic City.” Allí no tengo que decir más.

Con “Waitin` on a Sunny Day,” creo que Bruce cambia la vida de una niña en cada concierto. Es un trademark de sus actuaciones sí, pero la muñequita de flor amarilla detrás de la oreja que salió a acompañarle esta vez le arrancó el micro de las manos y dio la rendición más feliz del tema que había escuchado. La sonrisa no se le fue de la cara durante el resto de la noche, lo veía todo el estadio ya que las cámaras no dejaban de enfocar hacia la cabecita que se asomaba detrás de la valla de primera fila. Imagínate, cantar con Bruce Springsteen a los 5 años… Vaya comienzo de vida.

“None But The Brave” se inauguró aquí en esta gira, y fue otra de estas sorpresas tan queridas. Luego, con “The Ghost of Tom Joad” la temática sobrenatural se poseyó de la noche – los sonidos que empezaron a escaparse de la guitarra de Morello daban escalofríos. Vaya momento apoteósico. Con “Badlands,” regresé en el tiempo al comienzo del concierto de Santiago, a la euforia de saltar con los amigos en Madrid… “It ain`t no sin to be glad you`re alive…”. Es un tema envenenador, de uno de mis álbumes más queridos.

Entre los bises, por fin se cumplió uno de mis más grandes deseos. No la había escuchado en Madrid, no la había escuchado en Santiago, pero aquí en Wrigley, antes de las gloriosas “Born to Run,” “Dancing in the Dark,” y – petición del publico – “Jungleland,” por fin sonó la harmónica de “Thunder Road” en la banda sonora de mi vida.

Con “Tenth Avenue Freeze-Out” vino el gran homenaje de la noche… Al comenzar la tercera estrofa, “When the change was made uptown and the Big Man joined the band…” paró la música y se detuvo todo. En ese momento, en las pantallas del escenario, se emitieron imágenes de Clarence Clemons en todo su esplendor de sus décadas con la E Street Band. Fue algo inolvidable, sentías su presencia en el estadio, y por supuesto que le oías en el saxo de su sobrino, Jake Clemons, al retomar la canción.

Al día siguiente, abrí los ojos con los rayos de un sol brillante. No había ni una nube en el cielo. Qué sensación de felicidad al pensar en el concierto de anoche y en que me esperaba la segunda ronda.

“The Promised Land,” “The Ties That Bind” y “No Surrender” abrieron el setlist del sábado 8 de septiembre y todos me llevaron de nuevo a Santiago de Compostela. “Darkness on the Edge of Town” y “My Hometown” con Eddie Vedder quizás fueron el momentazo de la noche para mí, pero la tormenta para todos vino un par de temas después. Cuando digo tormenta, no es en sentido figurado. Pobre chiquilla que salió a cantar “Waiting on a Sunny Day” esa noche con Bruce. Lo hizo muy bien, quizás tenía un poco más de miedo que la chica de la noche anterior, pero desencadenó la lluvia que puso fin al verano 2012… O por lo menos así lo recordará ella. Nada mas terminar la canción, esas nubes que habían aparecido de la nada dejaron largar la que podía haber acabado con el concierto. Pero como Bruce es un campeón, salió solo con guitarra acústica al cuello, dijo, “Let`s work some magic,” y cantó “Who`ll Stop the Rain” de CREEDENCE CLEARWATER REVIVAL. Fue increíble. Por desgracia, no funcionó y empezó a llover más fuerte. Fue momento de hacer duelo de guitarras bajo la lluvia en “The Ghost of Tom Joad,” quizás aún más intensa que la noche anterior. Se acercaba el final de la noche, y a nadie le importaba estar empapado, ni a Bruce, que en solidaridad con el público pasó el resto del concierto bajo la lluvia, hasta se tiró al suelo del escenario para tocar desde los charcos.

“Rosalita” fue la petición del público y con “American Land” se despidieron. A lo largo de todos los bises, no paramos de bailar, sonreír y simplemente admirar la energía del artista que teníamos adelante. BRUCE SPRINGSTEEN y la E STREET BAND son, y siempre serán, únicos. La alegría que se encuentra en sus conciertos es inequiparable y una noche en su presencia te llena para años en adelante. ¡Ahora imagínate dos!

Aquí tenéis los setlists amigos, hasta la próxima, and remember, “It ain`t no sin to be glad you`re alive!”

Viernes, 7 de septiembre

1-Prove It All Night (`78 intro)
2-My Love Will Not Let You Down
3-Out in the Street
4-Hungry Heart
5-We Take Care of Our Own
6-Wrecking Ball
7-Death to my Hometown (con Tom Morello)
8-My City of Ruins
9-Spirit in the Night
10-Trapped
11-Jack of All Trades (con Tom Morello)
12-Atlantic City (con Eddie Vedder)
13-Lonesome Day
14-I`m Goin` Down
15-Darlington County
16-Shackled and Drawn
17-Waitin` on a Sunny Day
18-None But The Brave (tour premiere)
19-The Ghost of Tom Joad (con Tom Morello)
20-Badlands (con Tom Morello)
21-Land of Hope and Dreams

Bises

22-We Are Alive
23-Thunder Road
24-Born to Run
25-Dancing in the Dark
26-Jungleland
27-Tenth Avenue Freeze-Out (with Tom Morello & Eddie Vedder)
28-Twist and Shout (with Tom Morello & Eddie Vedder)

Sabado, 8 de septiembre

1-The Promised Land
2-The Ties That Bind
3-No Surrender
4-Hungry Heart
5-We Take Care of Our Own
6-Wrecking Ball
7-Death to My Hometown (con Tom Morello)
8-My City of Ruins
9-The E Street Shuffle
10-Pay Me My Money Down
11-This Depression (con Tom Morello)
12-My Hometown (con Eddie Veder)
13-Darkness on the Edge of Town (con Eddie Vedder)
14-Because the Night
15-Working on the Highway
16-Shackled and Drawn
17-Waitin` on a Sunny Day
18-Who`ll Stop the Rain
19-The Ghost of Tom Joad (con Tom Morello)
20-Badlands (con Tom Morello)
21-Thunder Road

Bises:

22-Rocky Ground
23-Born to Run
24-Rosalita
25-Dancing in the Dark
26-Tenth Avenue Freeze-Out
27-American Land (con Tom Morello & Eddie Vedder)

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