Sofía Reyes
El músico surfeó sobre la gente y desgarró su voz en un coctel de temas en el Palacio de los Deportes.
México • El músico Bruce Springsteen llegó para insertar en el alma de sus seguidores otra semilla de rebeldía, energía y fuerza, durante su presentación de anoche en el Palacio de los Deportes.
También el bien llamado The Boss (El Jefe) llegó para colectar la devoción que durante décadas los compradores de vinilos y discos del intérprete, y los que se han sentido tocados por su siempre cambiante música, le han profesado.
Por lo menos, eso se vivió a las afueras del Palacio de los Deportes, el cual se encontraba lleno de escuchas de todas las edades, pues Springsteen ha sido un gusto que fue heredado de generación en generación.
La gente sabía de la proclividad que tiene El Jefe para interpretar cualquier cosa de su largo repertorio, por lo que “Born in The USA” fue señalada como un deseo entre algunos asistentes, aunque entre el público conocedor se deseaban temas que no han salido en los primeros lugares de los charts. Una constante fue la petición de “Glory Days”.
“Yo quiero que sorprenda, como lo hace siempre en otros países, no quiero que nos haga menos”, dijo Manuel, con una camiseta recién comprada con la cara de Bruce y la bandera de EU que le costó 80 pesos.
Su tardía salida no importó, ya que son años los que se han esperado, como dijo Joaquín, un hombre de familia que pidió permiso para salir del trabajo.
“Buenas noches, México”, dijo El Jefe, para iniciar una noche que debió suceder mucho tiempo atrás, según el reclamo de algunos asistentes, pero que ese momento se sintió más que exacta, más melancólica y con pedazos de corazón.
Pero con su guitarra, un impresionante coro, The E Street band y una desbordada entrega, El Jefe se lanzó sobre su público con “Out of the Street” y fue recibido con cuidado, para luego ser devuelto al escenario.
Temas como “We take of your own” y “Wrecking Ball”, tema que da nombre a este largo tour, fueron los que comenzaron a dar forma a un show vibrante, pero todavía amorfo porque cada sorpresa develada iba puliendo el diamante que se había gestado.
Fueron 14 mil 200 personas las que escucharon los solos de guitarra, de aporrearla, de faltarle el respeto a las cuerdas y luego tratarlas como una dulce dama y de incluir los metales en esta noche llena de aplausos.
Al cierre de esta edición, llevaba 11 canciones de las 24 esperadas. Por ningún lado se pensaba en “Born in The USA”, tema que Reagan volvió un himno del patriotismo y que para Springsteen fue una ironía sobre la clase trabajadora que peleó en Vietnam.
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El autor del excelente libro “For You”, donde recopilaba cientos de historias contadas por fans de Springsteen junto a cientos de fantásticas fotos inéditas, ha vuelto a repetir, sólo que ahora superando el listón. Su libro está ahora totalmente dedicado a la gira de 1978, de álbum Darkness on the Edge of Town, probablemente la mejor gira de Springsteen y de la historia del rock.
Para esta ocasión Lawrence Kirsch ha compilado cientos de fotos inéditas de la gira, de muchos conciertos, junto a las historias más apasionantes contadas por los propios fans que asistieron a esos conciertos y tuvieron la suerte de vivirlo en primera persona. Un libro fascinante que nos transporta a una época memorable y ya irrepetible.
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